En estos tiempos tan difíciles más complicado, todavía, es pedir nuestra confianza. Y eso es lo que prácticamente está haciendo el Rey con sus últimas declaraciones.
Algo más de tres meses ha tardado Zarzuela en explicar el destino de la herencia de Don Juan. La Casa del Rey decidió convocar inesperadamente a la prensa.Fue el jueves y en los corrillos todavía sonaba el eco de la abdicación de Alberto II de Bélgica. La expectación era máxima. Un portavoz autorizado de Zarzuela informó de que Don Juan Carlos usó los dos millones de euros que le correspondieron de la herencia de su padre, en 1993 en pagar las deudas contraídas por el conde de Barcelona. Y que una vez acabado el dinero canceló las cuentas de Suiza. El encargado de recabar esta información fue el propio Rafael Spotorno, el jefe de la Casa del Rey.
Otra cosa son los impuestos de la herencia, que no han podido determinar si se pagaron, porque no tienen documentos después de 20 años. Así que debemos creer en su palabra. Y eso es cosa de fe. Algo que hoy sólo se tiene en las pruebas y los documentos y no en la palabra.
Según el portavoz de Zarzuela, la Casa del Rey continua con el deseo de ofrecer la máxima información sobre su actividad, de ello su intención de ser incluida en la próxima Ley de Trasparencia.
En su deseo de ser trasparente también ha comunicado la Real Casa que el caso Noos es un «martirio» mediático, para ellos , y que están deseando que la instrucción finalice lo antes posible. Perfectamente comprensible, Majestad !
Ya era hora de que la Casa Real dejara de dar la callada por respuesta , porque en estos tiempos que corren, no sólo basta con ser campechano, como lo es Don Juan Carlos, ahora ,los ciudadanos queremos explicaciones y hasta del mismísimo Rey.
Analizando los últimos –hablo de años y décadas– tiempos y circunstancias vividas en la institución monárquica, que importa más el rey que hoy nos toca sufrir, puedo entender perfectamente aquellas declaraciones que en su día hizo el «ínclito» Zetapé: «nuestro rey es muy republicano».
Efectivamente, porque si Dios no lo remedia –y está en otras cosas de mayor enjundia– esté señor nacido en Roma y amigo de todos los sátrapas de las teocracias islámicas, conseguirá instaurar la III república.
Ya echamos a su abuelo –más bien huyó por cobarde– y a su propia tatarabuela, la promiscua Isabel II, de casta le viene al galgo… Luego los volvemos a llamar, porque ellos como nosotros, ni olvidamos ni aprendemos. Hemos sido unos afrencesados desde Felipe V, y Jovellanos sin saberlo.
Creo que es innecesario entrar en los escabrosos detalles de una institución en decadencia. A mí e da igual una monarquía que una república como forma de Estado, apuesto por un país serio y organizado en sus instituciones básicas. El mismo Manuel Azaña, gran intelectual y nefasto político, afirmó que el Museo del Prado valía más que la república y la monarquía juntas, y tenía razón.
Estoy totalmente se acuerdo . Pero nuestro Rey siempre ha sido un ejemplo y ha realizado una gran labor diplom’atica
La monarquia es una institucion pasada de moda, igual que el resto de las instituciones del Estado gobernadas por politicos corruptos que solo buscan su propio provecho.
Hay que buscar nuevas formas de gobierno en las que de verdad puedan participar todos los ciudadanos