A pesar de la fama de las campiñas italianas y francesas, nada tienen que envidiarle a ésta, la de Holanda. Si vais allí no os podéis perder estos bucólicos parajes llenos de vacas y tulipanes. Nada más llegar a Amsterdam me pregunté: ¿dónde vive la gente mayor?. En la ciudad sólo vi gente joven en bicicleta y señoras de más edad guapísimas, delgadas y en botines. Al llegar a las casas y comprobar las estrechas y empinadas escaleras que hay en todas ellas me cercioré de que allí era imposible que viviera alguien con un poco de artrosis!!
Así que me llevé una gran alegría cuando decidimos visitar la otra Holanda, los típicos pueblecitos como Volendam y Marken y que se encuentran tan sólo a 20 minutos de la capital. Allí estaban todos los holandeses de más edad!
Nosotras comenzamos nuestro viaje en la fastuosa estación central de Amsterdam, bajamos las escaleras que la atraviesan y nos dirigimos a la parte de atrás de la estación donde se encuentra la parada del 110 y del 116, los autobuses que te llevan a estos pueblos y que salen cada media hora. Allí mismo compras el billete y por tan sólo 10 euros puedes subir y bajar en los pueblos cuantas veces quieras durante 24 horas.
Le preguntamos al conductor y le dijimos que nos avisara al llegar al centro de Volendam, de todas formas en el interior del autobús hay pantallas que te van indicando las paradas.
Nada más llegar a Volendam nos llamó la atención las bonitas casas de madera de color verde con vistas a un pequeño canal atravesado por puentes de madera que parecen de juguete.
Aquí tienes que comprar! Una de sus calles está repleta de encantadores souvenirs y a mejores precios que en el mercado de las flores de Asterdam. Volendam también es famoso por su queso autóctono, así que no nos pudimos resistir a entrar en una maravillosa tienda de quesos donde además te explican como se elabora.
Estos dos pueblos, siempre han sido de pescadores , por lo que las pescaderias en Holanda se siguen llamando Volendam o Marken porque la gente asocia estos lugares con el pescado. Y desde luego, no me extraña, porque el puerto está lleno de pequeños puestos de pescado . Eso sí, pescado crudo o ahumado que te lo sirven en apetitosos bocadillos de arenques o salmón. Allí me comí el mejor salmón ahumado que he comido nunca. Un bocado exquisito! Tampoco te pierdas los pannekoeken o crepes holandeses típicos de la zona.
Desde el mismo puerto puedes coger un barco que te lleva directamente a Marken en veinte minutos y que salen cada hora o coger, como nosotras hicimos, de nuevo el autobús que te sale gratis. Eso sí, debes bajarte primero en Monnickendam, otro pueblecito encantador lleno de ancianos y niños y con unas maravillosas casas con grandes ventanales y coger de nuevo el 111 con destino a Marken.
Marken es un pequeño islote que desde 1957 se convirtió en península al unirse a la costa por un dique fijo. Un pequeño puente de madera te da la bienvenida al pueblo que parece de mentira por su diminuto tamaño y por sus preciosas casitas .
Allí encontramos la Holanda de los trajes típicos y una preciosa tienda de los tradicionales zuecos que es digna de ver, con zuecos de todas las clases y colores y que albergaba a la antigua máquina con la que se fabricaban estos zapatos que usaban las mujeres para resguardarse de la humedad. La comida es recomendable hacerla en Volendam y degustar sus frescos pescados y en Marken tomarse un delicioso café crem que te conquista sólo con su olor.
En unas cuantas horas puedes hacer este maravilloso recorrido en el que podrás ver la verde campiña holandesa y disfrutar de estos dos maravillosos puertos de mar. Te sentirás dentro de un cuento!