
Aunque parezca mentira en Andalucía todavía gozamos de un excelente tiempo, por ello este fin de semana me he dado una escapada a Marbella para poder disfrutar del poquito sol que nos queda. Allí he estado gozando de la hospitalidad de mi amiga la princesa Mehrafarin Deyhim de Persia, prima de la fallecida Soraya, que se instaló aquí tras ser repudiada por el Sha de Persia, y que al igual que ella se enamoró de Marbella.

Ir a Marbella y no pasarse por el chiringuito de LAS CUCHIS es un auténtico pecado, así que nos fuimos a comer a la playa. Se trata de uno de los lugares con más solera de la Costa del Sol. Las Cuchis es como se conoce a dos hermanas, Ana y Cuchi Sainz. Ellas eran dos «niñas bien» de Madrid que se dedicaban a la «dolce vita» y a organizar grandes fiestas en su casa. Al morir su padre se arruinaron y se afincaron en Marbella, pero en lugar de hundirse sacaron fuerzas de flaqueza y decidieron dedicarse a lo que mejor sabían hacer: dar de comer a sus invitados. Cambiaron los invitados por clientes, se remangaron las mangas y en un pequeño piso de Puerto Banús montaron su primer restaurante.

Fue entonces cuando las conocí, yo era una niña y me deslumbraba cuando mis padres me llevaban a comer a ese exclusivo restaurante con esas señoras tan elegantes sirviendo las mesas. Era la época dorada de Marbella y por LAS CUCHIS pasaba toda la flor y la nata marbellí.

Poco después montaron este chiringuito en la Playa Fantástica, en Rio Verde , justo al lado de Puerto Banús. Un chiringuito lleno de encanto y buen gusto y donde comer es un verdadero placer.

En LAS CUCHIS podéis degustar el mejor pescado de Málaga. Sus espetos y boquerones, para mi, son los mejores de la Costa del Sol.

Y qué decir de sus arroces! Son unas expertas en el difícil arte de la paella.

Ana falleció hace unos años y ahora lo regenta Cuchi con sus hijos, su hija Itziar es una de mis mejores amigas de juventud, ella ha heredado de su madre el amor por el trabajo, porque Cuchi, a pesar de los años sigue estando allí , al pie del cañón atendiendo directamente a sus clientes.
Mucho han cambiado las cosas en Marbella, desde que yo era pequeña, pero ese sabor auténtico de la Marbella que quiso construir Alfonso de Hohenlohe, todavía lo tiene el CHIRINGUITO DE LAS CUCHIS.
